domingo, 22 de febrero de 2015

La Trastienda. Ronda

Ronda es uno de esos pequeños rincones que cualquier viajero, que se precie de serlo, debe conocer. Su tajo y su palacio del Rey Moro con escaleras interminables hasta el río la hacen merecedora de una escapada -de un día-. Pero como toda ciudad turística tiene un pequeño pero: los precios para "guiris" (lease: extranjeros) que hacen que tomar una tapa sea todo un suplicio para el bolsillo y se acumulen las malas experiencias. O, al menos, eso me ha ocurrido en multitud de ocasiones: menús de tapas con 5 tapas para el Pitufo endocrino por 25€ es un claro ejemplo de lo que digo. Por eso, cuando encuentras un restaurante (Gastrobar, ¡que miedo!) como La Trastienda hay que felicitarse.

Con un diseño cuidado y dos salones separados por un largo pasillo en el que se encuentra la cocina, el local es espacioso y, más importante aún, silencioso. Y remarco esto pues a pesar de haber niños en el local (aunque no de esos cuyos padres deben ser sordos, ciegos y maleducados a partes iguales para ni ver, ni oír ni callar a sus retoños) no se oían ruidos, las conversaciones no se entremezclaban y llegabas a sentir hasta cierta intimidad.

Lo primero que sorprende es una carta no muy extensa, con una veintena de platos -que refuerzan esa idea de "si no sabes para que te metes" que me asalta cada vez que me enfrento a centenares de opciones para comer- sencillos y claros: ensaladillas, croquetas, pollo,... que aparecen en la mesa con una magnifica presentación y en, más importante aún,  con cantidad suficiente para reponer fuerzas después de subir los 2'5 millones de escalones (escalón arriba, escalón abajo) de la Mina Secreta del Rey Moro. Ahora ¡ten cuidado con lo que pides! pues un salmojero andaluz, por arte de magia, se convierten en "papas aliñas" en una Ronda independiente.

Aunque solamente se encontraba abierta una parte del local, la visita al interior muestra una inmensa cristalera con vistas al río -no al puente- y la sierra, y una zona más pensada para copas que para comida. Decorado con sofás, estanterías y zapatos de diseño de todo tipo y tacón.


Lo mejor:
1º.- La calidad de sus tapas.
2º.- La limpieza
3º.- La situación

Lo peor:
1º.- Que el salmorejo no sea salmorejo.
2º.- Que no se pueda pagar con tarjetas (temporalmente, espero)
3º.- Las mesas altas

Valoración:
Servicio: 7
Calidad de la comida: 7
Local: 9
Diseño: 9
Localización: 10

Dónde encontrarlos:
c/ José Aparicio. (calle peatonal frente a la Plaza de Toros)

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